Los perros tienen un lenguaje propio que va mucho más allá de los ladridos y gruñidos. Al fin y al cabo, los perros no están constantemente ladrando, y sin embargo sí que se comunican todo el tiempo, ya sea con nosotros, o con los otros perros. Su lenguaje es eminentemente gestual. Mediante movimientos de su cuerpo, de sus orejas, rabo, pelo… De todo su cuerpo en general, transmiten como se sienten a los que les observan.
De entre todas estas señales existe un grupo conocido como “las señales de calma”. Este grupo de señales nos ayudan a saber cuándo un perro se siente agobiado y necesita espacio o incluso nuestra ayuda y comprensión para salir de la situación en la que se encuentra. Entender que nuestro perro puede necesitar espacio nos ayudará a desarrollar nuestra relación de confianza. A continuación detallaremos algunas de las señales que los perros utilizan para pedirnos un descanso, pero no son las únicas: lo más importante es que observéis a vuestros perros, y aprendáis a comprender su lenguaje corporal.
Relamerse: cuando un perro se lame los belfos no quiere decir que tenga hambre o que acabe de comer, o al menos no siempre. Dependiendo de la situación puede ser una señal de calma que busque apaciguar la situación. Esta señal, como algunas otras también pueden usarlas para calmarse a sí mismos ante una situación que les produzca estrés.

El bostezo: nuestro perro no solo bosteza cuando está cansado. Bostezar es una clara señal de que nuestro perro está incómodo ante una situación. Por ejemplo, en la siguiente imagen muchos verán un tierno abrazo entre un niño y su perro, pero lo que el bostezo indica es que el perro no está para nada contento con la situación, y está pidiendo mediante su propio lenguaje algo más de espacio. Entender este tipo de señales puede evitar situaciones muy desagradables.

Dar la espalda: cuando un perro se siente incomodado por otro, una forma de expresar cómo se siente es girarse y darle la espalda, para evitar miradas directas que puedan ser entendidas como una provocación.

Olfatear y moverse lentamente: otra forma de calmar una situación tensa que tienen los perros, es olfatear el suelo a su alrededor, o moverse más despacio de lo habitual. Esta situación es especialmente frustrante para los dueños que tienen problemas a la hora de que su perro acuda a la llamada. Normalmente, cuando llaman a su perro una vez y este no acude, se enfadan, levantando su voz, y usando un lenguaje corporal amenazante. Ante esto el perro no solo no acude más rápido, sino que comienza a andar más lentamente, e incluso a olfatear el suelo, lo que enfada aún más al dueño, que piensa que el perro “les está vacilando”. Lo que realmente ocurre es que el perro percibe las señales de amenaza de su dueño, e intenta calmarle mediante su propio lenguaje corporal.

Si queréis saber más sobre las señales de calma, en Veterinaria Salburua tenéis a vuestra disposición un libro o DVD creados por su mayor impulsora, TuridRugaas, que os será de gran ayuda para comprender más aún a vuestro perro.