Vas paseando con tu perro tranquilamente por el parque. Otro perro se os acerca, tirando de la correa, con la mirada fija en vosotros y las orejas tensas. Incluso tiene la espalda ligeramente encrespada, y mueve la cola sin parar. Al ver que se sigue acercando, tu perro y tú os vais sintiendo más inseguros, y empezáis a buscar una escapatoria, a lo que el dueño del otro perro os dice: «no te preocupes, está contento y solo quiere saludar, ¿no ves cómo mueve la cola?»

colas para equilibrarse en los giros a alta velocidad, igual que los
guepardos.
Seguro que los que seguís habitualmente el blog ya habéis detectado que algo no va bien en esa situación. Si, el perro mueve la cola, pero todo su cuerpo nos está gritando ¡problemas! El dueño haría bien en no creer todos los mitos que oye en el parque, y hacer caso a lo que el cuerpo de su perro le está diciendo. Los perros usan su cola como todo su cuerpo para comunicarse, pero no siempre significa que estén contentos, ni mucho menos.
No existe una tabla de posturas con la que podamos descifrar a nuestro perro. Los perros usan su cola para ayudarse a mantener el equilibrio. Además existen muchos tipos de colas diferentes: rectas, curvadas, largas, cortas… Cada perro conseguirá comunicarse con su cola de una manera diferente a los demás, única.

Hay estudios que dicen que dependiendo de si la cola se mueve hacia la izquierda o la derecha, las emociones serán negativas o positivas. Pero yo os animo a que estudiéis a vuestro perro en su conjunto: fijaos si se encrespa (tampoco significa siempre que estén enfadados, puede ser señal de excitación), si sus músculos están tensos, como es su mirada… De esta forma aprenderéis a relacionar los movimientos y posición de su cola con su estado de ánimo, y entenderles mejor siempre nos ayudará a ambos a tener una mejor relación.